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Los tres primeros evangelios reproducen documentos redactados en Palestina a la vista de los mismos Apóstoles. El Evangelio de Juan va dirigido a la siguiente generación y su autor es un profeta de la Iglesia; es uno de los que interpretaban las palabras de Jesús para las nuevas comunidades.
Si bien el autor ha sido, según toda probabilidad, testigo directo de la mayoría de los hechos que nos transmite, prefirió ceñirse a algunos episodios que podría desarrollar conforme a su carisma profético, para bien de la Iglesia.
De ahí proviene esa alternancia entre hechos y discursos. Los hechos son narrados en un estilo breve y preciso, mientras que los discursos de Jesús resultan a veces repetitivos y es fácil deducir que aún cuando fueran construidos en base a palabras auténticas de Jesús, son obra de Juan el profeta, como se le ha llamado.
Los discursos atribuidos a Jesús la tarde de la Ultima Cena ocupan un lugar destacado. Con ellos estamos tan lejos de la proclamación de Jesús a las muchedumbres como de las advertencias dirigidas al pueblo judío para persuadirlo a que se convirtiera. En estas páginas parece que la Iglesia entera y todo el porvenir del cristianismo se identifica con esos discípulos que él eligió y a los que prepara para la efusión del Espíritu.
Juan nos dice en el último capítulo cuál fue su objetivo: esto fue escrito para que ustedes crean que Jesús es el Hijo de Dios (Jn 20,31).
¿Hijo de Dios? si bien los apóstoles lo proclamaron como tal ¿cómo entendían estas palabras? ¿en qué sentido era de naturaleza divina? Juan afirma la existencia del Hijo en Dios desde el principio, y esta luz sobre el origen de Jesús ilumina toda su obra. Hijo eterno de Dios hecho hombre, no vino solo para enseñar, sino para transformar la creación.
El Evangelio de Juan es polémico. Había llegado el momento de clarificar la fe cristiana ante el judaísmo, y Juan se dirige a cristianos o a catecúmenos que tienen que elegir entre pertenecer a la sinagoga de su ciudad o entrar en la Iglesia que se ha construido frente a ella.
El Evangelio de Juan lo acompañó a lo largo de toda su vida; lo retocó mas de una vez, y lo dejó con un cierto desorden aparente, donde sin embargo no faltan estructuras y puntos de referencia (por ejemplo las palabras repetidas siete veces). El último párrafo del libro da a entender que fue publicado después de la muerte de su autor, que según afirma San Ireneo, vivió hasta el reinado de Trajano (98-117).
Con cierta probabilidad la estructura de este Evangelio se ordena en torno a la oposición de las fiestas judías que jalonan la vida de la sinagoga, entre las cuales se encuentra la Pascua, y la hora de Jesús que abre los tiempos nuevos. Esa es la hora de la pasión y de la resurrección de Jesús, y será mencionada al comienzo de nuestras tres secciones, en 2,4; 7,6; 13, 1.
Es de notar la importancia que el autor atribuye a los ritos y símbolos litúrgicos: el agua de Siloé, el cordero de la Pascua, las purificaciones... Desmostrará que tales ritos judíos son solo la figura y el anuncio de otros ritos decisivos en la iniciación cristiana: el bautismo, la eucaristía y el lavado de los pies. Las leyes del pueblo judío y las liturgias del Templo pertenecen al pasado, pero todo ha sido transfigurado en la vida y la nueva liturgia de los cristianos.
Desde siempre se ha pensado que la mención, repetida catorce veces (2x7) en la última parte del Evangelio, de la expresión el discípulo que Jesús amaba, indicaba a su autor. El último versículo (21,24) lo dice expresamente. Sería difícil negar que ese discípulo, del que no se dice su nombre, haya sido junto con Andrés uno de los primeros dos discípulos mencionados en Jn 1,35. Y también parece haber sido uno de los dos discípulos que tampoco se nombran en 21, 2.
Entra en escena el momento de la Ultima Cena, colocado en el lugar de honor que correspondía por derecho al huésped; ¿no sería el dueño de la casa que acogió a Jesús y a los suyos (Lc 22, 12)? Y desde ese momento acompaña a Pedro. Puede permitirse estar al pie de la cruz mientras el grupo galileo solo piensa en escapar de las represalias. Jesús le confía a María, y momentos despúes lo comprende todo.
Hablamos del Evangelio de Juan como lo ha hecho toda la tradición desde los primeros años, y para la gran mayoría el autor sería Juan, hermano de Santiago, uno de los doce de Jesús, aunque esta atribución suscita serios problemas.
En primer lugar, el Evangelio dice muy pocas cosas sobre la actividad de Jesús en Galilea, en la que tomaron parte los hijos de Zebedeo, y que ocupa la mayor parte de los sinópticos; casi todo transcurre en Jerusalén, donde el autor observa la crecida de los conflictos entre Jesús y las autoridades judías. Da la impresión de estar ahí en casa, y sabe lo que está pasando entre los bastidores del poder, es decir, entre los sacerdotes.
Hay otros interrogantes que arrojan una sombra de duda sobre la atribución del Evangelio a este Juan. El apóstol, un pescador galileo, ¿podía ser el autor de lo discursos teológicos y místicos que caracterizan a este Evangelio? además, quien diera su forma definitiva al Evangelio entre los años 70-90, quizás cerca de Efeso, lugar a donde se retiró según una tradición muy antigua, no era solo un teólogo sino que tambien parece haber sido sacerdote (18, 15). Y Juan el apóstol, ¿pertenecía a una familia de sacerdotes? es dudoso.
Sería fácil atribuir el Evangelio a otro Juan, un joven sacerdote de Jerusalén distinto del hijo de Zebedeo, si no estuvieran los textos del comienzo de los hechos (3,1; 4,13; 8,14) en que se nota una relación muy especial entre Pedro y Juan como la había habido algunas semanas antes entre Pedro y el discípulo amado según el cuarto Evangelio. Además, el apóstol Juan es enviado por Jesús junto con Pedro a preparar la Ultima Cena (Lc 22,8).
A pesar de que no faltan indicios que permitirían atribuir este Evangelio al hijo de Zebedeo, son muy numerosos los que se inclinan en favor de otro Juan, sacerdote de Jerusalén. La hipótesis de un discípulo amado distinto de Juan, hermano de Santiago, nos llevará a varios descubrimientos, en especial sobre las relaciones entre Juan y María, la Madre del Señor.
Como ciervo sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a tí (Sal 42)
Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme; nunca dejará que caiga el hombre que lo obedece (Sal 55, 23).
Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes (1 Pe 5, 7)
Cuando Dios entra en acción, sus enemigos se dispersan (Sal 68).
Llámame y te responderé; y te mostraré cosas grandes y secretas que tu ignoras (Jer 33,3).
Me llamará, y yo le responderé, y estaré con él en la desgracia (Sal 91).
Deja que él te instruya, grábate en la mente sus palabras (Job 22, 22).
Yo te instruiré, te enseñaré el camino, te cuidaré, seré tu consejero (Sal 32,8).
El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad. El cumple los deseos de los que lo honran; cuando le piden ayuda, los oye y los salva (Sal 18-19).
Pidan y recibirán; busquen y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá la puerta (Mt 7, 7).
Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman (Rm 8,28).
Todo lo que Dios ha hecho es bueno; él, a su tiempo, provee a todas las necesidades (Eclo 39, 16).
No hay que preguntar ¿porqué esto? ¿porqué aquello? porque todo tiene un propósito (Eclo 39, 21).
No hagas mal, y el mal no te alcanzará (Eclo 7,1).
Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien (2 Tim 3, 16).
EVANGELIO SEGUN SAN JUAN (MUSICALIZADO).mp3
EVANGELIO SEGUN SAN JUAN (menos peso).mp3
Los restantes 3 Evangelios del mismo grupo -es decir, en la voz del mismo narrador- los puedes descargar acá:
EVANGELIO SEGUN SAN MARCOS.mp3
EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS.mp3
EVANGELIO SEGUN SAN MATEO.mp3
REVELACIONES A MARIA VALTORTA (Aún no aprobado por nuestra Santa Madre la Iglesia):
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EVANGELIOS Y CARTAS DE SAN PABLO EN AUDIO MP3
LOS SANTOS EVANGELIOS EN MP3 (Copiar y pegar el siguiente enlace en tu dispositivo):
http://www.oracionesydevociones.info/04000001_evangelios.html